En 1955, Robert Kiyosaki otorgó una entrevista para un periódico en Singapur . La reportera le dijo: “Algún día seré una autora de libros lideres en ventas como usted”. Kiyosaki había leído varios artículos de ella y lo habían asombrado, ya que se apoderaba del interés del lector.
Robert le preguntó qué le impedía lograr su sueño, ella respondió que las personas creen que sus novelas eran excelentes, pero nada pasaba, y por eso continuaba trabajando en el periódico. Kiyosaki le sugirió que asistiera a un curso de capacitación para ventas dirigido por un amigo suyo , que eso le ayudaría. Sin embargo, la periodista se ofendió porque se consideraba una profesional, tenía un doctorado en literatura inglesa y había ido a la universidad para formarse en una profesión, con el fin de no ser una vendedora,puesto que ella odiaba a los vendedores.
Kiyosaki le señaló una observación. Entre las anotaciones que la reportera tenía en su libreta, ella había apuntado: “Robert Kiyosaki, autor de los libros más vendidos”. No decía “autor de los libros mejor escritos”. El autor le comentó que en verdad, él era un escritor muy malo, pero había ido a la escuela de ventas. Sin embargo, la reportera guardó sus notas y se retiró ofendida por el consejo de “aprender a vender”.
Robert Kiyosaki aclara que no es suficiente tener un gran talento,sino saber como venderlo.
Continuamente se sorprende de lo poco que ganan las personas talentosas. Si esta gente desarrollara su Inteligencia Financiera, sus ingresos aumentarían considerablemente. Pero la razón por la que muchas veces continúan con problemas financieros toda su vida, es porque saben muy poco o nada sobre sistemas de negocios. Se centran en perfeccionar sus habilidades, en lugar de mejorar su habilidad para vender.
El autor se pone en el lugar de la joven periodista, y dice que si él fuera ella, haría cursos sobre ventas y publicidad. En lugar de trabajar en un periódico, trabajaría en una agencia de publicidad. Aún si el salario fuese menor. A la par que aprendería, escribiría su novela, y de esa forma podría transformarse en una “autora de libros lideres en ventas"
La opinión pública defiende la idea de la “especialización”. Consideran que las personas necesitan especializarse, y de esa manera obtendrán más dinero o un ascenso. Su Padre educado adhería a esa idea, por eso había logrado su doctorado. Su Padre rico en cambio, alentaba a Kiyosaki a hacer lo contrario: “Saber un poco acerca de mucho”.
Por esta razón, Robert trabajó durante varios años en distintas áreas de las compañías de su Padre Rico.
En el momento en que Kiyosaki abandonó su empleo bien pagado en Standard Oil, su padre educado tuvo una charla con él. No podía entender la decisión de Robert de renunciar, ya que ese trabajo le ofrecía un sueldo alto, muchos beneficios, tiempo libre y posibilidad de ascensos. “La seguridad en el empleo era lo más importante para su Padre educado. El aprendizaje era lo más importante para su Padre rico”.
Su Padre educado pensó que Robert había ido a la escuela para formarse como oficial de navío. Su Padre rico, sabía que en realidad lo hacía para estudiar comercio internacional. Su Padre educado no comprendía porqué Kiyosaki había renunciado y se unía al Cuerpo de Marines. Su hijo le explicó que era para aprender a volar, pero en verdad, deseaba aprender a comandar tropas. Su Padre rico le había enseñado que la parte más compleja de dirigir una compañía, era manejar al personal. El liderazgo es lo que necesitaría aprender.
Luego, Kiyosaki encontró empleo en la compañía Xerox. Se incorporó ahí, debido a que contaban con uno de los mejores cursos de capacitación en ventas. Robert se consideraba una persona muy tímida, y aunque la idea de vender lo atemorizaba, estaba dispuesto a aprender. Trabajó allí durante cuatro años, venció su miedo de ser rechazado y logró permanecer entre los cinco mejores vendedores.
En 1977 Robert Kiyosaki formó su primera empresa. Fabricar carteras de nailon y velcro en Oriente y enviarlas a Nueva York. Era el momento de probar lo aprendido. “Mi Padre rico pensaba que era mejor quebrar antes de cumplir 30 años. Todavía tienes tiempo para recuperarte”.
El autor, recomienda: “Que los jóvenes busquen un trabajo de acuerdo con lo que puedan aprender, más que según lo que ganen. Usted debe ver a distancia qué habilidades debe adquirir antes de escoger una profesión específica y quedar atrapado en la carrera de la rata”.
Sugiere que las personas miren el futuro de sus vidas y que cuestionen hacia dónde se están dirigiendo. En lugar de trabajar por dinero y seguridad, propone que busquen un segundo empleo que les enseñe otra habilidad.
El autor decide escribir las principales razones por las cuales se motivo a redactar el libro,además de una historia como un ultimo ejemplo de uno de los tantos problemas financieros que se presentan en las familias jovenes de hoy en día.
La historia dice:
Un amigo mío se quejaba un día de lo duro que era ahorrar dinero para la educación universitaria de sus cuatro hijos.
Él estaba ahorrando 300 dólares en un fondo mutualista cada mes y había acumulado cerca de 12 000 dólares. Él estimaba que necesitaba 400 000 dólares para mandar a los cuatro hijos a la universidad. Tenía 12 años para ahorrar esa cifra, dado que el mayor de sus hijos tenía seis años de edad.
Corría el año 1991 y el mercado de bienes raíces de Phoenix era terrible. La gente estaba casi regalando sus casas. Le sugerí a mi compañero de estudios que comprara una casa con algo del dinero de su fondo mutualista. La idea le intrigó y comenzamos a discutir la posibilidad. Su principal preocupación era que no tenía el crédito con el banco para comprar otra casa, debido a que se había sobre extendido. Le aseguré que había otras formas de financiar la propiedad, en vez del banco. Buscamos la casa durante dos semanas; una casa que cumpliera con todos los criterios que habíamos seleccionado. Había muchas de donde escoger, pero la búsqueda era relativamente divertida. Finalmente encontramos una casa de tres recámaras y dos baños en un vecindario de lujo. El propietario había sido despedido debido a una reducción de operaciones y necesitaba vender ese día porque él y su familia se mudaban a California donde le esperaba otro empleo. Él quería 102 000 dólares pero nosotros le ofrecimos sólo 79 000 dólares. Lo aceptó inmediatamente. La casa tenía lo que se llama un "préstamo no calificado", lo que significa que incluso un vago sin trabajo podía comprarla sin aprobación de un banco. El propietario debía 72 000 dólares, así que mi amigo sólo tenía que entregarle 7 000 dólares, la diferencia en el precio entre lo que se debía y el precio de venta.
Tan pronto como el propietario se mudó, mi amigo puso la casa en renta. Una vez que todos los gastos habían sido pagados, incluyendo la hipoteca, se embolsaba 125 dólares cada mes. Su plan era conservar la casa por 12 años y pagar la hipoteca más rápidamente al utilizar los 125 dólares mensuales para amortizar el capital cada mes. Calculamos que en 12 años una gran parte de la hipoteca habría sido pagada y él podría estar recibiendo 800 dólares libres al mes para la época en que su primer hijo iría a la universidad. También podía vender la casa si aumentaba su valor.
En 1994 el mercado inmobiliario de Phoenix cambió repentinamente y un inquilino que vivía en la casa y la amaba le ofreció 156 000 dólares. Nuevamente me preguntó qué pensaba y naturalmente le dije que la vendiera, por medio de un intercambio de impuesto diferido conocido como " 1031". Repentinamente tenía casi 80 000 dólares para operar. Llamé a otro amigo en Austin, Texas, quien entonces movilizó su dinero de impuesto diferido para adquirir una instalación de almacenamiento en pequeño. Tres meses después comenzó a recibir cheques por poco menos de 1 000 dólares al mes en ingreso que volvió a depositar en el fondo mutualista para la universidad, que ahora estaba creciendo mucho más rápidamente.
En 1996 vendió la pequeña unidad de almacenamiento y recibió un cheque por casi 330 000 dólares como producto de la venta, que nuevamente destinó a un nuevo proyecto que ahora le proporcionaría un ingreso mensual de 3 000 dólares, que a su vez iría nuevamente al fondo mutualista para la universidad. Ahora tiene mucha confianza de que su meta de 400 000 dólares será alcanzada fácilmente, y sólo le tomó 7 000 dólares comenzar, así como un poco de inteligencia financiera. Sus hijos podrán pagar la educación que desean y él utilizará el activo fijo, encubierto en su corporación "C", para pagar por su jubilación. Como resultado de esta exitosa estrategia de inversión podrá pasar al retiro a edad temprana.